Esculcando el catálogo de Netflix hallé el documental titulado ‘Descansa En Paz Dick Johnson’ de la cineasta Kisten Johnson. Ella nos habla de su padre Dick Jonhson de 86 años, quien padece alzheimer y decide jubilarse como psiquiatra. A partir de allí, padre e hija como si fuera una oda a la muerte llena de humor y sarcasmo, imaginan varias veces la muerte de Rick, donde nos invita a pensar en la muerte y lo efímeros que somos.
Para mi la mejor conversación de #DescansaEnPazDickJohnson dice así:
Dick : — ¿Por qué te convertiste en documentalista? ¿Por qué no haces películas de ficción? ¡Qué es lo que deja dinero!
Kisten: — Porque a menudo la vida real es mucho más fascinante que lo que puedas inventar.
Una película norteamericana que consigue contarnos con honestidad, gracia y sin tapujos que la muerte nos está esperando sentada con una copa de vino y las piernas cruzadas, expectante de que demos un mal paso en las escaleras.
Nos muestra desde un principio que padre e hija mantienen tan buena comunicación que es imposible no empatizar con Dick, quizás por su manera de pensar, incluso porque se anima a imaginarse las distintas formas en que podría morir y cómo sería su cielo.
Sin filtros se atreven a incluir el procedimiento de la Eutanasia como una posibilidad para terminar con Dick, un tema que a la luz de hoy en plena tercera decada del siglo 21, sigue siendo un problema querer discutirse y no se contempla en las familias como una opción concreta.
Hay una noción que vi en esta cinta al igual que también pude oírlo frecuentemente en otros escenarios, y es con respecto a considerar a alguien muerto, sin que este haya fallecido en cuerpo, aunque si podría estarlo en una especie de conciencia y memoria, habló del Alzheimer, donde afecta fuertemente los recuerdos y la capacidad de reconocer quienes son las personas que nos rodean.
No es una cinta densa, al contrario, trata de forma descomplicada y confidente sobre la relación de Dick Johnson con su hija, sus nietos y sus amigos. Siento al final que es una celebración a la vida, nos dibuja un escenario distinto de morir, es un viraje a ese camino de la luz encendida al final del túnel, para que antes de eso estrechemos la mano, abracemos y besemos a nuestros seres amados, despidiéndonos hasta que al final agradezcamos a los asistentes por estar presentes en nuestro funeral.