Opinión:
En estos momentos que atravesamos donde la mente puede verse empañada por pensamientos que agobian y no permiten pensar con claridad, quise compartir una reflexión personal alrededor del tema. Disciplinar la mente es tal vez una de las tareas más difíciles a la que nos enfrentamos en estos tiempos. Confieso que he sido victima y he batallado con ella a lo largo de mi vida. Cuando la mente crea realidades o situaciones que no te benefician o hacen daño, poder controlar este poder es un desafío. Pensar de más o dejar que la mente controle las situaciones de la vida es dejar que la mente esté en piloto automático, esto nos trae mucho sufrimiento y aleja de lo que verdaderamente somos. Observar los pensamientos y limpiarlos es una tarea que permite ejercer un control sobre ellos.
«Somos el resultado de nuestros pensamientos, nuestra realidad es el resultado de ellos, cada pensamiento lleva a una emoción y esta emoción a la creación, de allí su importancia»
Somos el resultado de nuestros pensamientos, nuestra realidad es el resultado de ellos, cada pensamiento lleva a una emoción y esta emoción a la creación, de allí su importancia. Si vemos cada una de la circunstancias que nos ocurren en la vida como una oportunidad de aprendizaje y si elegimos vivir en el momento presente ‘Aquí y ahora’ que es el único lugar donde podemos crear, nos damos la oportunidad de activarnos para cambiar la situación, retirarla de nuestra vida o aceptarla, de esta forma quitamos poder a la actitud de victimización y se la damos a la de creación y aprendizaje. En situaciones donde buscamos paz interior pensar sólo lo necesario, hablar sólo lo necesario y sentir sólo lo necesario permitirán enfocar el ser y no dejar que se desborde en aspectos que pueden hacernos daño.