Geraldine Monroy R.
La música nos ha acompañado desde tiempos inmemoriales, nuestros antepasados encontraron en ella una forma para expresarse, celebrar, protestar y hasta dar la bienvenida o despedir a sus seres queridos.
Justamente, mi relación con la música empezó desde muy pequeña, recuerdo jugar con los casetes que tenía mi papá y repetirlos una y otra vez en mi grabadora. Mi primer disco fue uno de Juanes ‘Un día normal’ que me regaló una de mis tías cuando tenía 7 años, podría decir que desde ese momento comenzó mi afición por coleccionar música.
Con el pasar del tiempo y con la experiencia que he tenido con la música, he visto cómo se ha transformado la forma en la que la escuchamos. Hace unos años, debíamos esperar horas para que nuestra canción favorita sonara en la radio para poder escucharla y cantarla a grito herido, pero hoy en día, gracias a las plataformas digitales, podemos escuchar la canción que queramos en cuestión de segundos. Esto me hace preguntarme: ¿Cuál será la forma en que las generaciones futuras escucharán la música y cómo accederán a ella?
¿Qué pasará con los formatos como el disco compacto y los acetatos? ¿Lograremos conservarlos o desaparecerán por completo del mercado? Al hablar con franqueza la mayoría prefiere escuchar su música desde sus celulares y no invertir en discos porque ya prácticamente no hay en donde reproducirlos, estos artículos se están quedando como un lindo recuerdo o una pieza de colección. Por ejemplo, ahora las grabadoras reemplazaron la unidad de disco por un puerto USB o algunas laptos ya no cuentan con la unidad para reproducir CD’s.
El mundo se está transformando y nosotros también nos adaptamos a estas transformaciones, con las plataformas digitales como Deezer, Spotify, Itunes tenemos acceso inmediato a un sin número de canciones sin importar el género. Antes la música era un motivo de reunión en el lugar en donde se encontraba el dispositivo para reproducirla, ya sea radio, grabadora o equipo de sonido, esto significaba unión en la familia a la hora de cantar canciones juntos, bailar y conversar en un solo lugar; pero poco a poco fueron apareciendo dispositivos como el Walkman, el discman, el ipod y posteriormente los celulares con reproductor incorporado, llevándonos a escuchar la música de una forma individualizada.
Hoy en día, podemos reunirnos en familia, pero ya no con el mismo fin. Cada uno puede usar sus audífonos y escuchar lo que prefiera, también existen lugares para ir a rumbear en donde la diversidad musical y de espacios es lo principal.
La tecnología se ha ido adaptando poco a poco a los cambios. En la actualidad, existen accesorios innovadores como los audífonos bluetooth y los parlantes con wifi incorporado, que permiten conectarse a plataformas musicales o streaming de una forma más fácil y eficiente.
Es muy difícil saber para dónde nos dirigimos con respecto a la forma en cómo escuchamos o accedemos a la música, lo importante es no olvidar su verdadero significado, esa magia que nos trasmite sus melodías y letras, la esencia de la misma y sus mensajes que, en algunas ocasiones, no solo retumban en nuestros oídos, sino que llegan hasta el alma.